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DECLARACIÓN DEL ENCUENTRO FOTOGRÁFICO MÉXICO (EFM)

Nos han querido arrancar los ojos, pero aquí estamos, con la mirada intacta, crítica, con esa mirada que nació de la sonrisa y los ojos de un pueblo con esperanza. Esa mirada vivió un parteaguas algunos años, cuando muchos fotógrafos protestamos frente al Congreso del Estado de Puebla, inconformes e indignados por la leonina política cultural practicada en la que sólo se reconocía a un fotógrafo: el del Estado, en la que no había espacios dignos para la fotografía, en la que sólo había foros con el aval y patrocinio gubernamental y donde participar o exponer resultaba indigno por las condiciones vergonzantes impuestas para ello. Y por si fuera poco, el mismo Estado determinaba quién era buen o mal fotógrafo. Así funcionaban las políticas para censurar las propuestas de quienes pretendían exponer, mostrar, presentar y dialogar libremente con sus fotografías. En el 2007, así era en Puebla, así era en México. Hoy, así es en Puebla, así es en México.


Pero, ¿quién es el Estado para calificar el sentimiento de la mirada de un pueblo?.


Por eso, en aquel año, protestando en la calle con nuestra mirada llena de dignidad, esos muchos fotógrafos hicimos coincidir nuestros caminos para dialogar con el mundo, con una mirada donde cupieran todas las miradas, una mirada horizontal, no como la del Estado y sus artistas, quienes quisieron vernos haciendo cola en el besamanos para agradecer el uso de esos espacios y recursos que son públicos pero que han convertido en botín político. 
Los inconformes e indignados no quisimos crear un foro como tantos otros que sólo existen si el Estado les endulza la mirada mediante patrocinios visibles u ocultos, quisimos que, lo que resultara, fuera producto de la fuerza que tienen la sonrisa y la mirada de un pueblo con esperanza, del amor y respeto por su fotografía. Así nació el Encuentro Fotográfico México.


A pesar de todo los obstáculos, mantenemos la autonomía, la solidaridad con aquellxs fotógrafxs que tienen mucho que contar pero que no tienen los reflectores oficiales, que no trabajan a cambio de recursos públicos, con aquellos que creen en el derecho a mirar y a ser vistos, aquellos que tienen un compromiso social y educativo por medio de la fotografía.


Lxs compañerxs que son parte de la organización del EFM no aceptan ninguna de las formas de cooptación que utiliza el Estado porque creen en los logros mediante la colectividad, la autonomía y la solidaridad.


Es así que seguimos luchando, construyendo entre todos y pese a todo, pero, sobre todo, cuestionándonos las formas. Nunca hemos sido ni pretendemos ser un festival de fotografía, la palabra FESTIVAL no cabe en nuestra mirada indignada, no pretendemos ser un festival que use a sus muertos para poder conseguir patrocinios del Estado, Somos un ENCUENTRO de fotógrafos que, ahora de frente a las miradas de un pueblo seguimos preguntándonos ¿Qué sigue? ¿Qué sigue y de qué forma?.


Tenemos la respuesta: Organizarnos y continuar construyendo una mirada donde quepan muchas miradas, luchar por más espacios donde ninguna mirada esté por encima de la otra.

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